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martes, 16 de mayo de 2023

SOBRE LA “EMBLEMÁTICA ALQUÍMICA”


Alciato. Emblema XXXVI

Que hay que resistir en la adversidad"
*

"La palmera aguanta el peso y se levanta en arco
Y cuanto más se la tensa más levanta la carga.
Lleva perfumadas bayas, dulces golosinas,
que son tenidas en los banquetes
como primer regalo.
Ve niño, y subiéndote a las ramas, cógelas
Quien se mantiene constante en su propósito,
obtendrá un merecido premio a su voluntad”.


Ilustrar una idea mediante una imagen, un animal, una planta, etc., es una cuestión que podemos muy bien situar, como punto de partida, en los jeroglíficos egipcios, y más concretamente en la revelación de su significado a partir de la explicación que de ellos hizo Horapolo del Nilo, el último sacerdote del templo de Isis, que lo dejó escrito en un manuscrito conservado durante siglos en Andros, una pequeña isla de las Cícladas, en el mar Egeo.

Este hallazgo, apenas inadvertido, entregado por el cartógrafo Buondelmonte a Marsilio Ficino para su estudio, ha sido transcendental para nuestra cultura dado que fue la base para que el francés Champollión pudiera descifrar la Piedra de Rosetta y con ello los jeroglíficos egipcios.

Para los hermetistas del Renacimiento el manuscrito de Horapolo dando a conocer lo que los sacerdotes egipcios transmitían con imágenes, fue de una gran enseñanza dado que les inspiró una manera de comunicar incluso lo incomunicable, pues obtuvieron las claves para la creación de un metalenguaje capaz de leer las señales del Cosmos entero y aplicarlas a los conocimientos de la alquimia humana.

Andrea Alciato (1492-1550) y Michael Maier (1568-1622) son dos excelentes ejemplos, pues ambos crearon muchos emblemas mediante ese metalenguaje alquímico que rompe cualquier barrera idiomática y que por lo tanto porta toda la fuerza de transmisión de un mensaje directo al alma de cualquier persona que penetre en ellos.

La “emblemática alquímica”, como forma de lenguaje, despierta la inteligencia y muestra, a través de la analogía, las ideas-fuerza y los arquetipos que operan en nuestra conciencia del mismo modo que lo hacen en los metales, minerales, las plantas o los animales.

Es por ello que la emblemática alquímica forma parte del proceso de la iniciación para quienes están realizando un viaje interior y han penetrado, por propia decisión, en la caverna-matriz de su corazón con la resuelta intención de engendrarse a sí mismos.

Por consiguiente la ciencia en la que se basan los emblemas alquímicos es, para quienes desean fervientemente conocer la naturaleza de su propia alma y buscan la verdad de su ser, un medio que les permite gozar de una perspectiva del mundo amplificada, por elevación, lo cual puede ser equiparado, efectivamente, a un “nuevo nacimiento”, pues no otra cosa es la iniciación a los misterios sino una oportunidad de encontrar una manera casi mágica de descubrir el mundo a través de los  símbolos, que serán la guía y el modelo que se reflejará en nuestro pensamiento y en las acciones y hechos de nuestra vida cotidiana.

La enseñanza del emblema de Alciato que hemos seleccionado es la de una palmera fénix a una de cuyas ramas permanece agarrado un personaje que, por efecto de la reacción, dureza y elasticidad de dicha palma, unido y su perseverancia en mantenerse asido a ella, es naturalmente elevado. La interpretación de este emblema hace de la palmera-fénix un símbolo de la propia Tradición espiritual, capaz de elevar al ser humano que persevera y se aferra a ella para desentrañar su simbólica con el propósito de alcanzar a conocer sus propios estados superiores. Pues, como es sabido, conocer es ser.  Mª Ángeles Díaz


***

Ilustración: "Serie Teatro Hermético de la Memoria" Nº 69 y 5. Inspirada en el Teatro de la Memoria de Federico González Frías, del que formamos parte.



lunes, 11 de febrero de 2019

ARQUEOLOGÍA EN POMPEYA (TEXTO Y VÍDEO)



Muchacha en las excavaciones de Pompeya, es el título de este lienzo de Felipe Palizzi, un pintor italiano del siglo XIX que formó parte de un movimiento artístico que optó por hacer una pintura basada en la realidad cotidiana, el realismo. 

Gracias a ello hoy podemos tener imágenes donde se nos muestran las primeras labores arqueológicas, como las que permitieron sacar a la luz los restos de la ciudad de Pompeya, y contemplar el brillo que mantenían los colores de las pinturas después de haber permanecido sepultados 2000 años. Efectivamente, desde aquel 24 de Agosto del año 79 d.C. cuando, como tuvimos ocasión de documentar en otro lado, el Vesubio entró violentamente en erupción enterrando, bajo una inmensa capa de ceniza volcánica, la sofisticada ciudad de Pompeya y a todos sus habitantes en la bahía de Nápoles. 

El interés que surge en esta época por indagar en los restos del pasado se debe, tal y como leemos en el Programa Agartha, a que en
"el siglo XIX, y sobre todo en Occidente, se había prácticamente perdido todo vestigio de la Tradición, al menos de una manera visible y externa, por lo que era perfectamente lógico que el hombre empezara a escudriñar en los fragmentos de su pasado histórico para así reconstruir lo que fue la vida de sus antepasados, pues la suya propia se sumía en una cada vez más estéril mediocridad". 
Sin embargo, este acápite titulado justamente 'Arqueología' sigue destacando la importancia de arribar a estos restos desde la Historia y la Geografía Sagrada, y dejar de lado los métodos clasificatorios para que de verdad sean restos vivos.
"Si la Arqueología, a través de los análisis y trabajos de excavación, trata de la reconstrucción de la vida de las sociedades antiguas, esas mismas investigaciones no debieran estar desvinculadas de un riguroso conocimiento de la historia y la geografía sagradas, es decir del tiempo y el espacio cualitativos, como tampoco ser ajenas a las relaciones que existen entre los diversos modos y comportamientos culturales y espirituales de los hombres que integraron esas mismas sociedades. Visitar un museo de Arqueología es en cierto modo recuperar el sentido de la atemporalidad".
Notas:

(1) Pompeya. La Casa del brazalete de Oro. "Desde mi Ventana, hacia los mares de un mundo simultáneo".

(2) Arqueología. Federico González y Colaboradores, Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Revista Symbolos 25-26.(issn 1562-9910).

viernes, 8 de febrero de 2019

EMBLEMÁTICA HERMÉTICA de Jadocus Greverus


Dicen los alquimistas que en el proceso iniciatico lo más difícil es separar lo espeso de los sutil, lo profano de lo sagrado, y que tras esa operación todo es como un juego de niños. 


*
*     *

Emblema de Jodocus Greverusebook Hermes entre el Sol y la Luna.
Recogido en Teatrum Chemicum III. 1602, p 809, en 1652, compilación anotada sobre alquimia seleccionada por Elias Ashmole, un miembro de la Cadena Áurea.
Acerca de lo Sagrado y lo Profano Ver: Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos.



sábado, 2 de febrero de 2019

EL SÍMBOLO DEL LABERINTO. Introducción a la Ciencia Sagrada Programa Agartha. Federico González y Colaboradores. Donde leemos:


(Fig. 1)


"El símbolo del Laberinto ejemplifica perfectamente el proceso del Conocimiento, al menos en sus primeras etapas, aquellas en las que el ser ha de enfrentarse con la densidad de su propio psiquismo (reflejo del medio profano en que ha nacido y vive), esto es, con sus estados inferiores, separando alquímicamente lo espeso de lo sutil, que el alma experimenta como sucesivas muertes y nacimientos –solve et coagula–, sorteando al mismo tiempo numerosas pruebas y peligros que no hacen sino traducir el propio conflicto o psico-drama interior. Ese desasosiego es propio de aquel que habiendo abandonado sus seguridades e identificaciones egóticas descubre ante sí un mundo completamente nuevo, y por tanto desconocido, pero hacia el que se siente atraído porque en verdad intuye que atravesándolo es que podrá reencontrarse con su verdadera patria y destino.

Esa impresión indeleble de estar totalmente perdidos ha de llevarnos imperiosamente a encontrar la salida, ayudados siempre por la Tradición (y sus mensajeros los símbolos), que en este caso nos llega por medio de este Programa Agartha, que a modo de guía o eje ha de conducirnos (siempre y cuando nuestra actitud sea recta y sincera) a un estado de virginidad, a un espacio vacío imprescindible apto para la fecundación del Espíritu, lo cual se vive en lo más interno y secreto del corazón.

(Fig. 2)


Debemos señalar que muchos laberintos representados en el arte de todos los pueblos son auténticos mandalas o esquemas del cosmos, es decir de la vida misma, con sus luces y sombras, lo que nos permitirá comprender que ese proceso laberíntico es en realidad un viaje arquetípico, una gesta, en suma, que todos los héroes mitológicos y hombres de conocimiento han realizado, y que nos servirá de modelo ejemplar a imitar, tal y como estamos viendo en la serie "Biografías". 

En verdad el viaje por el laberinto es un peregrinaje ligado a la búsqueda del centro, y en este sentido es importante destacar que en muchas iglesias medioevales figuraba un laberinto (como en Chartres, en medio del cual aparecía antiguamente el combate entre Teseo y el Minotauro) que recorrían de forma ritual todos aquellos que, por una u otra razón, no podían cumplir su peregrinaje al centro sagrado de su tradición (por ejemplo Santiago de Compostela, o Jerusalén), el que era considerado un sustituto o reflejo de la verdadera "Tierra Santa", donde los conflictos y luchas han finalizado, posibilitando así el ascenso por los estados superiores hasta lograr la salida definitiva de la Rueda del Mundo.

(Fig. 3)


Como hemos dicho anteriormente hablando de la simbólica del Templo, esos laberintos se encontraban justo después de la pila bautismal (Yesod), y antes de llegar al altar (Tifereth, el corazón), es decir entre el bautismo de agua –relacionado con la regeneración psicológica y los viajes terrestres– y el bautismo de fuego, vinculado a su vez con el sacrificio por el espíritu y los viajes celestes, horizontales unos y verticales los otros. En el Árbol Sefirótico, el laberinto corresponde, pues, a Yetsirah, el plano de las formaciones, o de las "Aguas inferiores", las que el aprendiz ha de atravesar en su viaje por los estados y mundos del Árbol de la Vida.

Añadiremos, para finalizar, que en el Adam Kadmon microcósmico, o sea el hombre, este laberinto ha de ser ubicado en la zona ventral, área que se destaca tanto por sus combustiones y revoluciones, como por la analogía que presentan sus órganos internos con la representación general del laberinto".

(Fig. 4)


Notas:
Fig. 1: Laberinto de Saint Omer. Fuente: La Masonería y el Arte del Bordado. Mª Ángeles Díaz. Biblioteca Hermética la Memoria de Calíope Texto en PDF.
Fig.2: Casa de Lucrecio, Pompeya. Paolo Santarcangeli, El libro de los laberintos (il. nº 23). Siruela, Madrid 1997, que hemos tomado de Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. de Federico González y Colaboradores. Número 25-26 de la Revista Symbolos Arte - Cultura - Gnosis. ISSN 1562-9910. 
Fig. 3: Laberinto de Cormerod, Imagen tomada del Número 4 de la Revista Symbolos
Fig. 5 Adam Kadmon: Wikipedia
Ver también en la sección Artículos de la Gran Logia Operativa Latina y Americana


miércoles, 24 de octubre de 2018

MITOS Y SÍMBOLOS CULTURALES DEL "CICLO HEROICO". Francisco Ariza


Desde este espacio tengo el gusto de informar de esta nueva conferencia de Francisco Ariza, titulada: "Mitos y Símbolos del Ciclo Heroico",  que tendrá lugar el día 30 de Octubre de 2018 en la Biblioteca Arús de Barcelona.

Para los que estáis interesados y no podáis asistir también se grabará y se pondrá en el canal de La Memoria de Calíope, al que os invito a suscribiros:
https://www.youtube.com/channel/UCMFDA-tw5BFRZC5jO6nWAIQ?view_as=subscriber

Un saludo cordial.
Mª Ángeles Díaz

viernes, 12 de octubre de 2018

El Simbolismo de la Historia. Libro de Francisco Ariza.



Ariza, Francisco: El Simbolismo de la Historia. Una Perspectiva Hermética de la Tradición de Occidente. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza 2018. 456 págs., 42 en color.
Hemos leído recientemente el libro del Sr. Ariza: El Simbolismo de la Historia. Una 

Perspectiva Hermética de la Tradición de Occidente, una lectura rápida pues, por un lado, despertó completamente nuestro interés, por otro, el libro se deja leer con facilidad, pese a la gran cantidad de información que presenta y al nivel de despersonalización y altura de miras que promueve.

Es un recorrido por la Historia europea desde el año 8oo con el nacimiento del Sacro Imperio y Carlomagno, hasta el siglo XVII con la retirada de los Rosacruces a Oriente.
Ocho intensos siglos de los que se trazan líneas maestras que permiten al lector acercarse a la comprensión del latir interno de la verdadera historia y de los actores que desfilaron por el escenario del poder en distintos espacios a la vez que a diferentes niveles.

Para ayudar a la comprensión de estos hechos históricos, el autor dedica los seis primeros capítulos a hablar de la Metafísica de la Historia. Por ejemplo: “Hermes ‘Guía de los pueblos’”, “la Providencia y el Destino”, o “Roma y la Idea de Imperio” son tres de esos capítulos.

Una vez expresado el punto de vista en que se sitúa pasa a recorrer la historia de esos ocho siglos. Son muchos los autores que vienen en su ayuda, comenzando por Dante y su Monarquía. Y no podemos dejar de presentar aquí una de las citas recogidas en el libro:


"Yo me admiraba antes de que el pueblo Romano hubiera llegado sin ninguna resistencia hasta el límite de la Tierra; porque, mirando superficialmente, suponía que lo había obtenido no por su derecho, sino solamente por la fuerza de las armas. Mas cuando hundí los ojos hasta el tuétano y por eficacísimos signos conocí en ello la acción de la Providencia, cedió mi admiración y sobrevino en mi un cierto desprecio irónico, al saber que las naciones se irritaban contra la preeminencia del pueblo Romano ( … ) Amando la paz universal y la libertad, ese pueblo santo, piadoso y glorioso, aparece constantemente desdeñoso de la molicie y el provecho egoísta para procurar la salud común del género humano. Por lo que se ha escrito bien lo siguiente: 'La fuente del imperio Romano es la piedad'”. (Dante, De la Monarquía II).

La comprensión cabal de la Idea de Monarquía Universal, que es la del Imperio Romano y la del Sacro Imperio que rigió la Europa de la Edad Media, con mejor o peor fortuna, es capital para comprender la vivificación de la tradición en esas tierras; hecho que posibilitaron aquellos que comprehendiendo estas ideas se pusieron en manos de la Providencia para cumplir un Destino en que ambos se unían.

Sitúa Francisco Ariza las piezas maestras del tablero histórico europeo: Dante, los Fieles de Amor, la Fede Santa, el legado Artúrico, las Ordenes de Caballería y un largo etc. Siguiendo con el Humanismo, el Renacimiento y el florecimiento Hermético que le siguió.
Otro punto a destacar, aunque hay muchos, es la exposición de la autoridad del Emperador y la del Papa no dependiente ni subordinada la una a la otra; una colaboración en situación de igualdad, la imagen del Papa Pío II Piccolomini y el emperador Federico III (incluida en el libro) la expresan perfectamente.

El emperador no era simplemente un “jefe temporal” ni competía con los reyes por el dominio de un determinado territorio, sino que era el representante de una entidad, el Sacro Imperio, cuyo fin no era otro que instaurar en la tierra una imagen de la Ciudad Celeste. Su autoridad reposaba por tanto en el carácter espiritual de su cargo, que es el que legitimaba cualquier función temporal y política que pudiera ejercer. (pág. 142 del libro)

La Idea de Imperio, y el imperio mismo (con sus más y sus menos), comienza en Europa con Carlomagno y finaliza con Rodolfo II, aun cuando continuara el Sacro Imperio Romano Germánico dos siglos más. Rodolfo II encumbró a Praga convirtiéndola en hogar de hermetistas, astrólogos, alquimistas, matemáticos y de cuanto verdadero artista llegó a ella. Los Manifiestos Rosacruz (1) son luz emanada de ese centro visible que hubieron de abandonar una vez que con la muerte de Rodolfo en 1612 cayó el ambiente propicio y se impusieron la intolerancia y la discordia.

Hasta aquí esta breve reseña de un libro inspirado que merece estar en la biblioteca de los amantes de la Historia y la Metafísica. Muchas gracias al autor por su trabajo.
M. V. Espín


(1) Los Manifiestos Rosacruz, atribuidos a Juan Valentín Andrae, como es sabido, fueron lanzados al aire el primero en Cassel, 1614 (Fama fraternitatis), y el segundo al mismo tiempo en Cassel y Frankfurt, 1615 (Confessio fraternitatis).

El Simbolismo de la Historia. Una Perspectiva Hermética de la Tradición de Occidente, Francisco Ariza. Editorial Libros del Innombrable Zaragoza 2018. 978-84-92759-93-4.


Cartel de presentación donde, como se indica, los patrocinadores son Libros del Innombrable, Revista Symbolos, y Alibri librería. 

"Libros del Innombrable", que también publica una nota.

Asimismo recogimos algunas palabras de los asistentes que se acercaron a la mesa a felicitar al autor, o le escribieron mensajes. 
Todo ello lo publicamos aparte en nuestra cadena de Video.Arte documental

También completamos el post diciendo que el libro está dedicado a la memoria Federico González, que conoció el libro y tuvo ocasión de emocionarse con con él, y a René Guénon, los dos pilares que conforman el pensamiento que guía la obra de este autor, como él mismo dijo. 

Participan en esta presentación, por orden de intervención  
Raúl Herrero, Editor
Mª Ángeles Díaz,
y el autor: Francisco Ariza 
https://youtu.be/niy_uri8mMA

Vídeo de la presentación en la librería Alibri de Barcelona, realizado por La Memoria de Calíope, Canal de Video-Arte Documental dirigido por Francisco Ariza.

https://www.youtube.com/channel/UCMFDA-tw5BFRZC5jO6nWAIQ?view_as=subscriber


lunes, 8 de octubre de 2018

SIMBOLISMO MUSICAL. Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Federico González y Colaboradores

Texto y Video.

"Se sabe que antes de hacerlo por el aire, el sonido se propaga por el éter; este quinto elemento o quintaesencia hermética, es el origen de los cuatro restantes. 

Por su extrema rarificación inmaterial, superior a la del fuego, con el que a veces se lo identifica, el éter es el vehículo por excelencia de la luz inteligible y el sonido inaudible, cuya naturaleza vibratoria hace ser a todos los elementos una sola y misma cosa, antes de diversificarse a través de los sentidos hasta el mundo exterior. 


Por su extrema plasticidad, pureza, y receptividad absolutas, la Tradición también ha asimilado simbólicamente este elemento al agua, la sustancia universal. De ahí que la concha marina, cuya forma nos recuerda al yoni femenino y a la oreja humana, sea el representante unánime (como las conchas de agua bendita de los templos cristianos) del poder purificador, productivo y "generativo" de este supraelemento divino. 


Es de sobra conocida la leyenda que hace de las conchas las conservadoras del sonido del mar. Esta propagación se realiza en forma ondulatoria, de lo que la espiral es símbolo por excelencia. Diremos además que este símbolo está estrechamente vinculado al logaritmo pentagramático del crecimiento de los seres vivos, lo que explica la estructura espiral misma de las conchas y caracoles, así como la del ácido desoxirribonucleico que preside la cadena genética, y también otros muchos ejemplos que omitiremos de momento. 


La medicina pitagórica atribuía a la música un poder terapéutico por excelencia. De ello también nos da referencia la Alquimia, cuando hace coincidir los centros musicales con los centros sutiles, y éstos con las octavas del microcosmos humano. Así vemos cómo la música, encarada desde una perspectiva sagrada, es mucho más de lo que parece. Y también que las naturalezas del tiempo y el espacio, del agua y el fuego, unidas indisolublemente en el éter, origen de su vida, siendo fundamentalmente distintas, se tocan en un punto en donde, sin confundirse, se funden en una Armonía Unica y Universal. Sócrates, en boca de Platón, confirma a las Musas como las primeras protectoras del arte de la música, de quienes ella recibió su nombre. 


Como ya hemos afirmado, el tiempo y el espacio se relacionan mutuamente a través del movimiento, y éste no es sino la expresión dinámica o rítmica de una armonía cuyos modelos son los números. Ritmo y proporción, 16 asimilados respectivamente al tiempo y al espacio, son la métrica por la cual ambos quedan recíprocamente ordenados, conformando la presencia viva de aquella misma armonía que se da por igual en el cielo y en la tierra. La propia geometría (geo = tierra, metría = medida) que ordena idealmente el espacio, está virtualmente implícita en la música como relación métrica de sus intervalos. Armonía, número y movimiento son pues términos equivalentes y mutables entre sí, en cuanto se refieren a una misma realidad, ya sea la arquitectura sutil y musical del cosmos, el ritmo respiratorio, las pulsaciones del corazón o el compás alterno de las fases diurna y nocturna del día. 


El hombre especialmente recibe con más intensidad que ningún otro ser terrestre el ritmo pulsatorio de la existencia, lo cual, en un sentido, lo convierte en el más capaz de reproducirlo. De naturaleza musical está hecha el alma humana y su inteligencia, ya que son ellas las que captan las sutiles relaciones entre las cosas; la maravillosa articulación que a todas las mantiene unidas, con sus matices, en un todo indivisible que se va revelando a medida que la unidad y la armonía se imponen a nuestro caos particular. 



En el hombre, como en un pequeño instrumento en manos de un músico invisible, según se nos dice en el hermetismo antiguo y del Renacimiento, se dan cita todas las potencias, virtudes y ritmos del universo, homologadas o en diapasón con la naturaleza de su estado. Sin embargo no siempre es consciente de ello, ya que su diapasón particular no está en general ritmado al tono universal".


Fuente del texto:
Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha, de Federico González Frías y Colaboradores. Publicado en la Revista SYMBOLOS Arte-Cultura Gnosis, 25-26 (Issn 1562-9910)También se encuentra íntegro en el siguiente enlace: La Revista Symbolos 25-26


miércoles, 5 de septiembre de 2018

"LOS MISTERIOS DE MITRA", SERIE COMPLETA DE 11 VÍDEOS. LA MEMORIA DE CALÍOPE, VIDEO-ARTE DOCUMENTAL


Cuatro más siete once. Ese es el número de vídeos que componen la serie que sobre los "Misterios de Mitra. Símbolos y Ritos de su Cosmogonía" hemos realizado Francisco Ariza y yo misma. Vídeos que están disponibles en el Canal de Video-Arte documental LA MEMORIA DE CALÍOPE:
     
https://www.youtube.com/playlist?list=PL0hwrcsSfC7Ljp_6KCWgj5h_7sWA1yFdD

SERIE COMPLETA
Panel de presentación donde se específica que estos vídeos son el desarrollo del acápite "Mitra", del Programa de estudios: "Introducción a la Ciencia Sagrada, Programa Agartha", de Federico González y colaboradores. Abajo acceso a la lista de reproducción completa.


martes, 28 de agosto de 2018

Paseos por la Historia. Mujeres del Ciclo Heróico. Odisea y Eneida. "La Memoria de Calíope"



Queridos amigos: 
El próximo miércoles, día de Mercurio, estamos convocados en el palacio de Viana, en la entrada a los jardines. Allí hablaremos de algunos episodios de la Eneida y la Odisea que tienen que ver con el origen de nuestra Cultura, es decir con el origen de nuestro pensamiento, pues como Federico González nos ha dicho siempre, "revivir la Cultura es actualizarla. Hemos de ir a la Cultura".



Nuestra bibliografía recomendada: Introducción a la Ciencia Sagrada Programa Agartha. Symbolos 25-26 (2003) y también en internet.
Aquí pueden verse también algunos capítulos de mi estudio sobre las Heroidas de Ovidio: 

http://angeladiazk.blogspot.com/2017/12/heroidas-de-ovidio-episodios-miticos.html
Ampliaremos la bibliografía con vuestras aportaciones.
Como siempre nos acompañaran las diosas de la Memoria y en especial Calíope, nuestra patrocinadora.





jueves, 16 de agosto de 2018

Los Misterios de Mitra. Serie completa de 11 vídeos. Considerados como un desarrollo del acápite Mitra, de Programa Agartha.

"Los Misterios de Mitra. Símbolos y Ritos de su Cosmogonía", son una serie de 11 vídeos donde se tratan determinados aspectos simbólicos, e incluso históricos, de esta deidad, relacionada con Apolo y Cristo, y también con Hermes, en tanto que entidades intermediarias y solares, al igual que ella. 

La Cosmogonía mitraica se despliega a través de su iconografía y de los textos que nos han llegado, y nuestra labor ha consistido fundamentalmente en hacer una síntesis desde la comprensión de la simbólica de sus misterios iniciáticos, que se desarrollan a través de siete grados, a cada uno de los cuales hemos dedicado un vídeo.


Interior de un mitreo (Cabra. Córdoba)

lll
Mitra Tauróctono
Mitra Sol Invicto
Mitra - Apolo -Cristo
El Mitreo. La Caverna iniciática
Corax
Primer grado de la iniciación mitraica
Oculto
Segundo grado de la iniciación mitraica
Soldado
Tercer grado de la iniciación mitraica
León
Cuarto grado de la iniciación mitraica
Persa
Quinto grado de la iniciación mitraica
Compañero del Sol.
Sexto grado de la iniciación mitraica

Pater
 Séptimo grado de de la iniciación mitraica

El estudio de estos 11 vídeos es el desarrollo de acápite "Mitra", incluido en Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha, de Federico González y colaboradores. Publicado en el Nº 25-26 de la revista SYMBOLOS. ISSN 1562-9910.

Ver también 
https://memoriadecaliope.blogspot.com/search/label/Mitra

https://www.youtube.com/channel/UCMFDA-tw5BFRZC5jO6nWAIQ

https://memoriadecaliope.blogspot.com/2018/05/mitra-hermes-y-la-pirateria-celeste.html


viernes, 3 de agosto de 2018

MITRA, HERMES Y LA PIRATERIA CELESTE


Francisco Ariza y Mª Ángeles Díaz en el estudio de Córdoba grabando la serie Mitra

Ciertamente no resulta fácil adentrarse en la cosmogonía mitraica, primero porque se entiende como una tradición arcaica, desaparecida e incluso ajena, luego, también, por el tono dramático que contiene su ritual, 'la muerte del toro', algo que en nuestro imaginario actual no se acepta  con la misma actitud con la que lo hacemos cuando el animal a combatir es un dragón. Sin embargo el simbolismo esotérico es el mismo, la lucha entre el yo y lo otro, que niega o se opone al Sí Mismo, a la Unidad.

También se nos puede hacer difícil, a las mujeres en este caso,  acercarnos sin reparos a unos símbolos y a un ritual propiamente masculino, y más concretamente constituido sobre todo por las legiones de soldados romanos, quienes tenían su iniciación espiritual y guerrera a través de la simbólica de la muerte del toro, la tauroctonía, tema central del ritual mitraico.

Sin embargo, es posible atravesar la puerta y apoderarnos de los valores y códigos simbólicos que representa esta deidad de origen persa asociada a la luz, es decir apropiarnos de la Enseñanza tradicional que emana de Mitra, una tradición viril lo cual, desde la perspectiva iniciática, está referido al acto yang, propio de la vía guerrera, pues se trata de mantener nuestro propia guerra interna contra nuestras propias limitaciones, tendencias y condicionamientos, aquellos que nos han sido impuestos por el medio, y una vez libres de esos prejuicios podremos comprender la transcendencia de la Cosmogonía mitraica en tanto que una forma de la gnosis tan verdadera como cualquier otra que a fin de cuentas exprese la misma realidad.

Como Prometeo robemos las ideas a los dioses, a todos ellos, pues todos tienen tesoros que como hombres nos pertenecen. Por esa razón, no lo olvidemos, Hermes es el patrón de los ladrones, es decir de la piratería celeste, no el de los simples rateros. 

Mª Ángeles Díaz  
Fuente del texto:https://memoriadecaliope.blogspot.com/ 

martes, 31 de julio de 2018

"Los Misterios de Mitra. Símbolos y Ritos de su Cosmogonía". Canal de Video-Arte Documental: "La Memoria de Calíope"




Este es el panel que hemos completado con la serie de vídeos sobre Mitra y sus misterios que podéis ver en nuestro Canal al que os invito a suscribiros, los cuales son un desarrollo del Acapite sobre Mitra en el Programa Agartha.

Decir, además, que este trabajo de Video-Arte documental parte de una idea de Federico González, Francisco Ariza y yo misma, el cual ha contado con el apoyo de muchos amigos que colaboran en el proyecto, tanto desde España como desde América, y que pese a los palos en las ruedas que nos han puesto determinados personajes de corte inquisitorial, sigue aumentando en número de apoyos. 


miércoles, 25 de julio de 2018

LAS SIETE ARTES LIBERALES, UN PUENTE HACIA EL MUNDO INTELIGIBLE


Las Artes Liberales han sido consideradas desde la Antigüedad Clásica, concretamente desde la Edad Media, un puente para atravesar el mundo sensible hasta alcanzar el inteligible, ya que estas disciplinas le dan al hombre el hábito de pensar en los seres incorpóreos, en las ideas, y no únicamente en las cosas materiales.

Ciertamente muchos conocemos que los pitagóricos e integrantes de la Academia de Platón juraban sus iniciaciones por la «Divina Tetraktys», es decir por los diez primeros números, porque para ese punto de vista sagrado es en dichos números donde se expresa la matriz intelectual que configura todas las posibilidades numéricas, siendo un modelo de la Cosmogonía. Una perspectiva, la del número y su simbólica, desde la que los hombres pueden muy bien alcanzar el acuerdo, distanciándose así de la religión, o mejor del dogmatismo religioso que ha sido a lo largo de la historia fuente de conflictos. M.A.D.


Esta es la síntesis que sobre estas Siete Artes leemos en el Programa Agartha:

LAS SIETE ARTES LIBERALES I

De entre los numerosos legados de la Edad Media, recibidos a su vez de griegos y romanos, se hallan las denominadas "artes liberales", siete disciplinas que aglutinaron todo el saber de la época, y a las que se dividía de la siguiente manera: Gramática, Dialéctica (a veces sustituida por la Lógica), Retórica, Aritmética, Geometría, Música y Astronomía. Las siete artes liberales representaron la columna vertebral en torno a la cual giraba el conjunto de la vida cultural de la sociedad medioeval. Y cuando decimos cultural no nos estamos refiriendo sólo a la actividad intelectual y especulativa, tal y como se impartía en las universidades y centros escolásticos que existían en las más importantes ciudades de la Europa cristiana, sino también a la propia actividad manual y operativa ejercida en los colegios, talleres y corporaciones artesanales.

En la Edad Media aún no se había producido el divorcio entre la teoría y la práctica, el espíritu y la mano, la ciencia y el arte. Y esta imbricación entre el arte y la ciencia está claramente señalada en el famoso adagio: "La ciencia sin el arte no es nada".

Por ejemplo, en la construcción de una catedral o monasterio se conjugaban sintéticamente la actividad intelectual   y la manual: la idea concebida en el espíritu se plasmaba en la piedra gracias al esfuerzo y habilidad de la mano, siendo esto mismo válido para cualquier otro oficio y artesanía. El origen de las artes y ciencias liberales se remonta a las escuelas griegas y romanas, especialmente a las de Atenas y Roma, sin olvidar el importante aporte de la cultura islámica. Se llamaban "liberales" porque como decía el gran rey español Alfonso X el Sabio "quieren totalmente libre de todo otro cuidado y estorbo al que deseaba aprender", es decir, que se necesitaba una plena y total dedicación a su estudio e investigación.

Entre cada una de las artes liberales se establecían permanentes correspondencias analógicas, hasta el punto de que una contenía y comprendía a las demás. Sin embargo, esto no impedía que fueran también un todo perfectamente jerarquizado, una escala que permitía al estudiante avanzar ordenada y gradualmente por el camino de su evolución interior.

LAS SIETE ARTES LIBERALES II

En este sentido, las artes liberales estaban divididas en dos grupos bien delimitados: el trivium (la triple vía) y   el quadrivium (la cuádruple). Al trivium correspondía a Gramática, la Dialéctica y la Retórica, y al quadrivium la Aritmética, la Geometría, la Música y la Astronomía. Con las tres primeras se aprendía a pensar y razonar debidamente por medio del conocimiento y significado de la lengua  (Gramática), la coherencia lógica de la misma (Dialéctica), y finalmente, por su aplicación al discurso y la palabra (Retórica), verdaderos soportes y vehículos todos ellos del pensamiento. Sólo a través del trivium, de las palabras, voces y nombres de las cosas, podía accederse a las ciencias del quadrivium, que eran superiores a aquéllas por cuanto que expresaban, y expresan, un conocimiento más esencial y profundo. Las cuatro ciencias del quadrivium se referían directamente al estudio de los ritmos y de los ciclos, de la proporción y la medida, que como sabemos conforman la estructura prototípica de todas las cosas. Al trivium y al quadrivium se añadía a veces el bivium, que comprendía la Alquimia y la Astrología.

Imágenes de las Siete Artes Liberales:© British Museum