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miércoles, 20 de julio de 2022

EROS DE CÁSTULO DE LINARES (JAÉN)


Hace ahora unos cuantos años apareció en el yacimiento Ibero Romano de Cástulo, en Linares (Jaén), este precioso grabado de Eros en un cristal de roca. Es una pequeña pieza de unos 16 milímetros, datada en el siglo I. 

Se trata una representación del más bello y el más joven de todos los olímpicos, hijo de Afrodita y camarada de Cupido. Es Dios de la unidad por excelencia, cualidad que comparte con Amor. 

Por cierto, la palabra hebrea que significa Amor es Ahabah, que numéricamente equivale a la palabra Ehad (Uno) y por tanto se identifica con la sefirah Kether". 

Como nos decía el poeta: "Estas son nuestras labores, traducir el sentido espiritual y metafísico de las noticias a la actualidad".




Fuente de la Noticia: http://rutasimbolicas.blogspot.com/2019/10/erote-hallado-en-el-yacimiento.html


 

lunes, 11 de febrero de 2019

ARQUEOLOGÍA EN POMPEYA (TEXTO Y VÍDEO)



Muchacha en las excavaciones de Pompeya, es el título de este lienzo de Felipe Palizzi, un pintor italiano del siglo XIX que formó parte de un movimiento artístico que optó por hacer una pintura basada en la realidad cotidiana, el realismo. 

Gracias a ello hoy podemos tener imágenes donde se nos muestran las primeras labores arqueológicas, como las que permitieron sacar a la luz los restos de la ciudad de Pompeya, y contemplar el brillo que mantenían los colores de las pinturas después de haber permanecido sepultados 2000 años. Efectivamente, desde aquel 24 de Agosto del año 79 d.C. cuando, como tuvimos ocasión de documentar en otro lado, el Vesubio entró violentamente en erupción enterrando, bajo una inmensa capa de ceniza volcánica, la sofisticada ciudad de Pompeya y a todos sus habitantes en la bahía de Nápoles. 

El interés que surge en esta época por indagar en los restos del pasado se debe, tal y como leemos en el Programa Agartha, a que en
"el siglo XIX, y sobre todo en Occidente, se había prácticamente perdido todo vestigio de la Tradición, al menos de una manera visible y externa, por lo que era perfectamente lógico que el hombre empezara a escudriñar en los fragmentos de su pasado histórico para así reconstruir lo que fue la vida de sus antepasados, pues la suya propia se sumía en una cada vez más estéril mediocridad". 
Sin embargo, este acápite titulado justamente 'Arqueología' sigue destacando la importancia de arribar a estos restos desde la Historia y la Geografía Sagrada, y dejar de lado los métodos clasificatorios para que de verdad sean restos vivos.
"Si la Arqueología, a través de los análisis y trabajos de excavación, trata de la reconstrucción de la vida de las sociedades antiguas, esas mismas investigaciones no debieran estar desvinculadas de un riguroso conocimiento de la historia y la geografía sagradas, es decir del tiempo y el espacio cualitativos, como tampoco ser ajenas a las relaciones que existen entre los diversos modos y comportamientos culturales y espirituales de los hombres que integraron esas mismas sociedades. Visitar un museo de Arqueología es en cierto modo recuperar el sentido de la atemporalidad".
Notas:

(1) Pompeya. La Casa del brazalete de Oro. "Desde mi Ventana, hacia los mares de un mundo simultáneo".

(2) Arqueología. Federico González y Colaboradores, Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Revista Symbolos 25-26.(issn 1562-9910).

miércoles, 15 de enero de 2014

ISIS-AFRODITA


Varias estatuillas de época helenística que representan a la diosa Isis-Afrodita desnuda y con cintas y joyas pintadas en el cuerpo.  
La primera lleva en la cabeza un turbante trenzado; la otra una guirnalda de pétalos donde apoyan una concha en forma de canasta y corona. La tercera gracilmente se levanta  la falda.
(The Metropolitan Museum of Art).
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Era una tradición entre las jóvenes de toda la cuenca del Mediterráneo, incluir en el ajuar una de estas figuras de la diosa del amor, para que fuera su compañera y aliada en las artes conyugales. Pues para quienes fundaron esta clase de uniones la fusión tenía un elevado sentido sagrado y de compenetración de dos existencias unidas por un lazo misterioso.

 "…Yo soy la primera que descubrió los frutos de la tierra para los hombres.
Yo soy la madre del rey Horus
Yo soy la que se manifiesta en la estrella en Canis Maior.
Yo soy a la que llaman 'diosa' entre las mujeres.
Yo separé la tierra del cielo.

Yo establecí los caminos de las estrellas.

Yo dispuse los caminos del sol y de la luna.

Yo inventé la navegación.

Yo engrandecí lo que era justo.

Yo uní al hombre y a la mujer.

Yo inventé los contratos matrimoniales…"

(Himno de Salónica I-II d.C.

Fragmento)
  
A este propósito podríamos recordar a Plutarco, heredero para nuestro ciclo cultural de la Tradición Hermética, quien recomienda a los esposos que sean versados en Filosofía, y complementariamente que estudien matemáticas, astronomía, literatura y lenguas, con el fin de estar preparados para afrontar las situaciones de crisis que plantea la vida y especialmente la más grave, la muerte. (Preceptos Conyugales).

También nos recuerda Plutarco en ese mismo libro, que los antiguos solían poner una estatua de Hermes junto a una de Afrodita para mostrar que la conversación es uno de los encantos del matrimonio.

Asimismo ponían estatuas de la Persuasión y de las Gracias, para mostrar que aquello que los casados desean el uno del otro debe conseguirse sin disputas ni enfrentamientos, sino mediante la persuasión.

Apuleyo, iniciado en los Misterios de Isis, en su libro El Asno de Oro, escribe:

 "…Sepas que soy madre y naturaleza universal, señora de todos los elementos, principio primordial de los tiempos, soberana de todas los cosas espirituales, reina de la muerte, de los océanos, y también reina de los inmortales, la única manifestación de todos los dioses y diosas, mi gesto manda sobre las alturas resplandecientes del cielo, la saludable agua del mar y los secretos lloros del infierno. Aunque soy adorada en muchos aspectos, y conocida por nombres innumerables... los troyanos, que fueron los primeros que nacieron en el mundo, me llaman Pesinuntica, madre de los dioses, los atenienses, naturales y allí nacidos, me llaman Minerva cecrópea, y también los de Chipre, que moran cerca de la mar, me nombran Venus Pafia, los arqueros y sagitarios de Creta, Diana, los sicilianos de tres lenguas me llaman Proserpina, los eleusinos, la diosa Ceres antigua y otros me conocen como Juno, otros Bellona, otros Hecates, otros Ranusia... pero los egipcios que se destacan en el aprendizaje y culto antiguo, me llaman por mi nombre verdadero ... Reina Isis."

Inscrito sobre una columna, según información de Diodoro de Sicilia recogida por Federico González Frías en su Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos (Entrada Isis), se leía el siguiente epígrafe:

"Isis soy, reina de la Tierra entera, a Mercurio le debo la Sabiduría, y nadie puede acabar con las leyes que yo he dictado".
Isis.Afrodita.

martes, 31 de mayo de 2011

La Liebre, Símbolo de Generación y Vigilancia


Niño con liebre. Museo Arqueológico de Cabra. Córdoba. España


A menudo en los museos arqueológicos nos encontramos con estatuas de la época romana donde aparecen niños portando una liebre o un conejito en sus brazos. Yo las recuerdo de mis últimos viajes a Florencia, Atenas o a la Córdoba andaluza, aunque las he visto también en otros lugares que ahora no puedo precisar. La descripción que se da de todas ellas suele decir:
“Niño/a con liebre” o “Niña/o con animalito”
Luego anotan el material en que está hecho, la época y su procedencia, pero en definitiva se dejan siempre lo más interesante, su simbolismo y con ello el espíritu que creó estas piezas. Eso es un signo de estos tiempos en los que suele haber más información que nunca sobre las cosas, pero a la vez mayor desconocimiento de lo esencial de ellas. En especial esto sucede con el arte tradicional dado que la mayoría ha perdido la llave para obtener sobre él una perspectiva acorde a la naturaleza de su esencia.

Obtener esa perspectiva requiere una educación especial que el mundo moderno, en general, ya no puede ofrecer. Los hay que alcanzan a vislumbrar la alegoría, que confunden con el simbolismo, de ahí que para algunos poseer la mirada que da la Ciencia Sagrada (Simbología), sea el más valioso de los tesoros, puesto que se está en condiciones de reconocer que la obra de arte tradicional no alude sólo a un pasado histórico y a un modo literal o estético de entender la vida, sino que ésta emite una enseñanza atemporal que está referida a nosotros mismos, a nuestra realidad más profunda, y ese es su valor más alto, del que derivan jerárquicamente los demás.


La escritura del dios en la liebre
La liebre (como el conejo), representa en su propia naturaleza la idea de la fecundidad permanente, asociada tanto a la generación animal como a la generación intelectual, ya que son análogas; pues este animal no sólo queda fecundado en la primera cópula, sino que además no deja de ovular, retiene los espermatozoides y puede desarrollar dos gestaciones diferentes a la vez, en tiempos distintos. Su exaltación de la vida hace que sea el único animal donde no se da el aborto, ya que su organismo absorbe físicamente los embriones que por alguna causa no son viables.

Para los escultores y artistas tradicionales, conocedores de las leyes y el lenguaje sagrado de la Naturaleza, este hecho no podía pasar inadvertido, por eso cuando esculpían la figura de un niño, muchas veces lo acompañaban conscientemente de este animalito donde se expresa una energía benefactora y protectora de la infancia.



Niña con liebre. Expuesta en el aeropuerto de Atenas. El original pertenece al templo de Artemisa, diosa de los animales


Entre los símbolos grecorromanos la liebre es uno de los atributos de Artemisa, la diosa de los animales, es decir su protectora, la que los entiende y conoce su lenguaje así como el lugar que este animalito ocupa en el mandala de la existencia.

Horapolo del Nilo, que fue el último sacerdote egipcio, dice en su Hyeroglyphica (aquel famoso manuscrito que Cristóforo Buondelmonte encontró en la isla de Andros), que la liebre es para los antiguos egipcios el jeroglífico con el que expresan la idea de apertura, de estar alerta o despiertos y no dormidos.

Dice Horapolo:


"Cuando quieren significar 'apertura' pintan una liebre, porque este animal tiene siempre los ojos abiertos"
Esta es precisamente la idea representada por Andrea Mantegna en su obra “La Oración en el Huerto”. En este cuadro el pintor nos presenta a Cristo enseñando junto a sus discípulos Pedro, Santiago y Juan, que aparecen adormecidos. En esta pintura aparece un pequeño bestiario: el buitre en un árbol, las cigüeñas en la tierra y junto a Cristo la liebre, en una clara significación de alertar acerca de la necesidad de estar atentos y vigilantes.

Justamente el evangelio de Mateo, fuente en la que se inspira Mantegna para dicha pintura, pone en boca de Cristo la siguiente afirmación:


"Velad o orad para no caer en tentación" (Mat. 26,41).
Andrea Mantegna. La Oración en el Huerto. Obra depositada en la National Gallery de Londres.

La tentación del error constante. Así pues, la liebre que aparece junto a Cristo alude a la idea de vigilancia y de alerta frente al peligro de quedar atrapado por el sueño y la ignorancia, que en la pintura de Mantegna embarga a los discípulos del maestro Jesús. Aquellos que habiendo sido fecundados por sus palabras olvidan sus enseñanzas, porque no las reiteran, o sea, no las hacen vivas permanentemente. Tal cual lo expresa la liebre constantemente engendrada. Núria




Andrea Mantegna. La Oración en el Huerto.  Detalle donde se ve a los discípulos dormidos junto a las liebres indicándose la necesidad, en cuanto a las enseñanzas de Cristo, de permanecer alerta para no distorsionarlas ni olvidarlas.

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viernes, 11 de marzo de 2011

Hércules-Melkart de Sancti Petri (Cádiz)

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Sancti Petri es una pequeña isla que está situada en el sur de San Fernando (Cádiz). Antiguamente había en ella un templo a Hércules cuyas cenizas se encontraban en él depositadas.

Estrabón refiere en su Geografía ese importante templo a Melkart, uno de los nombres de Hércules, y señala que fue fundado en tiempos de la guerra de Troya, a comienzos del siglo XII a.C.

En el frontispicio, así como en distintos lugares de su interior, aparecían, labrados en bronce, los doce trabajos de Hércules y en su altar ardía un fuego perpetuo cuya vigilancia era ejercida con toda dignidad por sacerdotes. También había a su entrada dos pozos de agua dulce que tenían un régimen de crecidas inverso al de las mareas.

La figura que presento es de Hércules-Melkat y fue hallada en el lugar donde se encontraba su templo. Es de bronce, mide 36 centímetros y está datada en época fenicia arcaica (siglos VIII-VII a.C.). Como se observará tiene una curiosa y evidente semblanza con el arte egipcio. Núria


lunes, 10 de enero de 2011

Diosa Astarté con Sistros en las Manos




Astarté. "Bronce Carriazo". Sevilla. Museo Arqueológico.


La pieza de bronce que aquí se muestra (datada entre los años 625-525 a.C.) corresponde a la imagen de la diosa Astarté, una divinidad fenicia cuyo culto se extendió en la península Ibérica a través del Mediterráneo, principalmente mediante el flujo de personas que llegaban a la bahía de Cádiz, lugar donde se produce un intenso intercambio comercial e intelectual-espiritual a través de sus símbolos, ritos y mitos. Efectivamente el comercio ha propiciado a lo largo de la historia ese otro tipo de reciprocidad que ha sido verdaderamente la que cimentó y articuló la relación entre todos los pueblos del Mediterráneo. Con el tiempo el culto a Astarté se extendió, y sus templos acabaron ubicados por toda la Península Ibérica.

Astarté es una diosa de la fecundación. Se trata de la Ishtar babilónica, antecedente de la Afrodita griega y la Venus romana. Su equivalente egipcio es Hathor, diosa del amor. Hija de Ra y esposa de Set, vinculada con Isis y asimismo con Bes.

Los ritos que se ofrendaban a esta diosa están relacionados con los de la Prostitución Sagrada, que por supuesto nada tiene que ver con el "antiguo oficio", sino con un rito mágico-teúrgico de fecundación del Cosmos. Un acto secreto y de carácter oracular en el que participaban muy pocos iniciados.

Durante la ceremonia ritual, cuando se producía la hierogamia entre el rey, sacerdote o elegido, con la sacerdotisa principal de Astarté, las compañeras de ésta agitaban los sistros acompasadamente y con un carácter erótico y sensual, tratando de atraer la energía sexual del Cosmos, tanto la celeste como la terrestre, con la que fecundarse y fertilizar el mundo.

En los textos sagrados de los hebreos a menudo llaman a Astarté “reina de los cielos”, también “diosa del mar”, lo que evoca designaciones dadas a la Virgen cristiana, que sin duda hereda de ella ciertos elementos simbólicos. Aunque Astarté significa asimismo “útero”.



Particularidades del Bronce Carriazo


Esta pieza en la que aparece Astarté es conocida como “Bronce Carriazo”, en honor a su descubridor, quien la halló en un mercadillo de antigüedades de Sevilla. Se trata de un fundido en una única placa de unos 9 o 10 cm., la cual es parte de uno de los dos lados de un bocado de caballo. De los siete agujeritos colgaban campanillas, tal y como se ha visto en otros arreos similares. Este bronce además de poseer una gran belleza de composición estética y simétrica, es un portento de síntesis simbólica. La diosa lleva un peinado egipcio, orejas de vaca y túnica de manga corta, todo lo cual la identifica con Hathor. La forma dada a la pieza define, asimismo, la barca solar. Astarté se ve demarcada por dos aves cuyas alas se identifican con las de los querubines, entidades que, igual que la diosa, ejercen funciones de intermediarios entre los planos. Estas alas prefiguran tanto los cuernos como los rayos del disco solar que lleva entre ellos.

El atributo de Astarté es el sistro. La de este bronce en concreto porta dos, uno en cada una de las manos que eleva con determinación al cielo, con la intención de seducirlo con su ritmo acompasado, para que a través de ella se fecunde el Cosmos entero. Los sistros de esta Astarté son esquemáticos y semejan una copa o un loto, no llevan campanillas u otros elementos sonoros, pues éstos han sido colocados en otro lugar de la pieza, ya que el uso práctico de este arreo requiere de un espacio libre por el que hacer pasar las bridas.

Por razones obvias de incomprensión, en las que creo innecesario incidir, el culto a Astarté fue satanizado y su ceremonia ritual, la hierogamia sagrada, denunciada como una práctica del demonio.

No obstante a Astarté y a la energía del Eros que ésta representa, se la sigue invocando a través del amor y de uno de sus muchos nombres, por ejemplo como “diosa de la alegría, la danza y las artes musicales”, “diosa nutricia”, “dama que cruza el mar”, “diosa de las marismas” o “madre de todos los dioses”. Mª Ángeles Díaz (Nuria)

Sistro (Sonajero ritual) con la imagen de Hathor. París. Museo del Louvre.