sábado, 18 de enero de 2014

Maximón, una máscara de Dios

Altar de Maximón ante el que sus fieles han depositado ofrendas. (Pulsar sobre la imagen para verla completa)


Siempre he querido escribir acerca de Maximón, pero a la vez nunca he tenido suficientemente clara la figura de este enigmático personaje, venerado en Guatemala como dios popular. Un santo con aspecto de mestizo, ropas europeas, sombrero, gran cigarro en la boca, zapatos bien lustrados, un fajo de billetes asomando de su bolsillo y varias botellas de guaro a su alcance, es la principal iconografía, podríamos decir, que lo identifica. 

Cuando vemos a este curioso personaje siendo devotamente adorado en cualquier capilla de las muchas que le son dedicadas en todo el país, inevitablemente la pregunta es: ¿Qué idea llevó a este pueblo a crear una imagen así de un dios?

Por eso es una satisfacción personal leer esta precisa y preciosa definición que, en su Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos, Federico González Frías le dedica a este interesante personaje.

"Magnífico ejemplo de la indefinitud de disfraces y máscaras de Dios.
Maximón baila, tiene mucho dinero, es dueño de todo, toma trago y siempre tiene en la boca un habano.

Curioso ejemplo de lo sagrado que reúne las dos posibilidades del ser- la divina y la humana- y que también conoce el sistema de relaciones indígenas, el mismo que está presente en todas las cosas como calor y el frío en que basa su medicina".

miércoles, 15 de enero de 2014

ISIS-AFRODITA


Varias estatuillas de época helenística que representan a la diosa Isis-Afrodita desnuda y con cintas y joyas pintadas en el cuerpo.  
La primera lleva en la cabeza un turbante trenzado; la otra una guirnalda de pétalos donde apoyan una concha en forma de canasta y corona. La tercera gracilmente se levanta  la falda.
(The Metropolitan Museum of Art).
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Era una tradición entre las jóvenes de toda la cuenca del Mediterráneo, incluir en el ajuar una de estas figuras de la diosa del amor, para que fuera su compañera y aliada en las artes conyugales. Pues para quienes fundaron esta clase de uniones la fusión tenía un elevado sentido sagrado y de compenetración de dos existencias unidas por un lazo misterioso.

 "…Yo soy la primera que descubrió los frutos de la tierra para los hombres.
Yo soy la madre del rey Horus
Yo soy la que se manifiesta en la estrella en Canis Maior.
Yo soy a la que llaman 'diosa' entre las mujeres.
Yo separé la tierra del cielo.

Yo establecí los caminos de las estrellas.

Yo dispuse los caminos del sol y de la luna.

Yo inventé la navegación.

Yo engrandecí lo que era justo.

Yo uní al hombre y a la mujer.

Yo inventé los contratos matrimoniales…"

(Himno de Salónica I-II d.C.

Fragmento)
  
A este propósito podríamos recordar a Plutarco, heredero para nuestro ciclo cultural de la Tradición Hermética, quien recomienda a los esposos que sean versados en Filosofía, y complementariamente que estudien matemáticas, astronomía, literatura y lenguas, con el fin de estar preparados para afrontar las situaciones de crisis que plantea la vida y especialmente la más grave, la muerte. (Preceptos Conyugales).

También nos recuerda Plutarco en ese mismo libro, que los antiguos solían poner una estatua de Hermes junto a una de Afrodita para mostrar que la conversación es uno de los encantos del matrimonio.

Asimismo ponían estatuas de la Persuasión y de las Gracias, para mostrar que aquello que los casados desean el uno del otro debe conseguirse sin disputas ni enfrentamientos, sino mediante la persuasión.

Apuleyo, iniciado en los Misterios de Isis, en su libro El Asno de Oro, escribe:

 "…Sepas que soy madre y naturaleza universal, señora de todos los elementos, principio primordial de los tiempos, soberana de todas los cosas espirituales, reina de la muerte, de los océanos, y también reina de los inmortales, la única manifestación de todos los dioses y diosas, mi gesto manda sobre las alturas resplandecientes del cielo, la saludable agua del mar y los secretos lloros del infierno. Aunque soy adorada en muchos aspectos, y conocida por nombres innumerables... los troyanos, que fueron los primeros que nacieron en el mundo, me llaman Pesinuntica, madre de los dioses, los atenienses, naturales y allí nacidos, me llaman Minerva cecrópea, y también los de Chipre, que moran cerca de la mar, me nombran Venus Pafia, los arqueros y sagitarios de Creta, Diana, los sicilianos de tres lenguas me llaman Proserpina, los eleusinos, la diosa Ceres antigua y otros me conocen como Juno, otros Bellona, otros Hecates, otros Ranusia... pero los egipcios que se destacan en el aprendizaje y culto antiguo, me llaman por mi nombre verdadero ... Reina Isis."

Inscrito sobre una columna, según información de Diodoro de Sicilia recogida por Federico González Frías en su Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos (Entrada Isis), se leía el siguiente epígrafe:

"Isis soy, reina de la Tierra entera, a Mercurio le debo la Sabiduría, y nadie puede acabar con las leyes que yo he dictado".
Isis.Afrodita.